En este tema se estudia la importancia del suelo en relación con su impacto sobre el clima. Hablaremos del ciclo ecológico global del carbono y por qué la materia orgánica es tan importante para la fijación y el almacenamiento de CO2 en los suelos.
Los suelos tienen un impacto decisivo en el clima. Junto con la atmósfera y los océanos, forman el ciclo ecológico global del carbono. La materia vegetal muerta es la fuente más importante de carbono del suelo. La materia orgánica del suelo es capaz de fijar y almacenar CO2. Por ello, no es de extrañar que los suelos fértiles y ricos en humus almacenen más carbono que los suelos pobres en nutrientes. El suelo y el clima se influyen mutuamente. Los cambios en las propiedades del suelo influyen en el almacenamiento de CO2 y, por tanto, en el clima, del mismo modo que las condiciones climáticas cambiantes afectan a la función de almacenamiento del suelo. Así, la función de almacenamiento también puede volver a perderse. Esto se debe a que la destrucción de los suelos ricos en humus libera carbono a la atmósfera, aumentando así el efecto invernadero. Esto también puede ocurrir con el cambio en el uso del suelo (cambio en la vegetación, intensificación de la agricultura, aumento del cultivo del suelo, drenaje de humedales), así como con el deshielo de los suelos permafrost.
Es importante saber:
- Los suelos no son sumideros permanentes, también pueden convertirse en una fuente
- Los suelos no deben considerarse un “vertedero” de emisiones de CO2
- Los suelos almacenan unas 3.000 gigatoneladas de carbono (alrededor del 50% en suelos permafrost)
- Los seres humanos tienen una gran influencia en el almacenamiento de carbono a través de la forma de uso de la tierra, la elección de la plantación, la fertilización, etc.
- Las turberas y los suelos de permafrost almacenan cantidades especialmente grandes de carbono, mientras que las tierras de cultivo almacenan cantidades más bien pequeñas.
Bibliografía:
Max-Planck-Gesellschaft, 03. 06. 2023
Bodenwelten, 03. 06. 2023