Centrándonos en la mitigación desde un aspecto más amplio de la vida cotidiana, este tema trata de cómo la mitigación puede ser un aspecto horizontal de nuestra vida diaria, por ejemplo en la movilidad, los viajes, el consumo de energía, etc.
Cada vez más gente se da cuenta de que es importante tener en cuenta el impacto social y medioambiental de sus compras. Los consumidores conscientes quieren estar más informados sobre qué, dónde y a quién compran. Se trata de asumir la responsabilidad de las acciones y asegurarse de que los productos proceden de fuentes éticas y sostenibles. Aunque este tipo de enfoque no sólo es bueno para el planeta, sino que también puede persuadir a las empresas para que adopten prácticas más responsables desde el punto de vista social y medioambiental, podría haber una trampa difícilmente evitable “incorporada” a este proceso.
Un sistema económico “alimentado” por una actitud consumista general de “cuanto más, mejor” nunca podrá contenerse. Debemos permanecer vigilantes y plantearnos siempre la pregunta: ¿estoy seguro de necesitar esto o aquello? Si nos dejamos engañar por la tendencia mundial al “lavado verde”, nos estaremos engañando a nosotros mismos. Compre lo que necesite y tanto como necesite, preferiblemente productos locales de productores locales.
Los cambios en el estilo de vida son factores clave del reto de la mitigación climática, ya que impulsan la demanda de energía, bienes y alimentos. Principales ámbitos en los que deben materializarse las ambiciones personales de mitigación:
- Movilidad y transporte: Intentar evitar el uso de vehículos impulsados por combustibles fósiles. Utilizar el transporte público y las bicicletas en el transporte local, ferroviario y de cuidado compartido para la movilidad a distancia es una forma muy eficaz de mitigación.
- Compra consciente: En primer lugar, siempre vale la pena considerar si realmente necesitamos lo que queremos comprar. Si es así, debemos tener en cuenta todos los aspectos relevantes desde el punto de vista climático como la distancia, el lugar de origen, la cantidad, la calidad y durabilidad, las condiciones de producción, etc. Si es relevante, se sugiere elegir productos reparados, usados, re- o upcycled.
- Reducción de residuos (ZeroWaste ): Aunque la gestión selectiva de residuos es un gran logro innegable de las últimas décadas, existe una opción mucho mejor: la producción y compra sin envases, El compostaje tiene múltiples beneficios: produce tierra a la vez que reduce la cantidad de residuos desechables.