Este tema trata sobre cómo situar en la vida cotidiana todas las cuestiones tratadas en los anteriores temas. Haciendo hincapié en la vida personal, este tema introduce y analiza situaciones, para después ofrecer soluciones, herramientas para la resolución de problemas. Esta parte del módulo aborda también la cuestión de la ansiedad climática.
Nuestra exposición a los efectos del cambio climático depende de muchos factores, desde nuestra ubicación geográfica hasta nuestra edad, pasando por nuestro estado de salud. Las amenazas y los beneficios potenciales también pueden ser diferentes en muchos sentidos.

Encuestas recientes revelan que muchas personas están preocupadas por el cambio climático. En Estados Unidos el 64% , en Europa el 93% de las personas encuestadas consideran que el cambio climático es un problema grave. Puede parecer extraño, pero estar preocupado (no tener ansiedad climática o ecológica, que es más bien un trastorno mental) es bueno, ya que puede motivar a pensar qué se puede hacer al respecto. Puede servir de estímulo para tomar medidas sencillas o incluso para emprender acciones de mayor envergadura. Y la buena noticia es que las acciones relacionadas con el cambio climático pueden ayudar a deshacerse de los pensamientos pesimistas.
Algunas de las actividades de un estilo de vida adaptativo y mitigador del clima se solapan, y todas ellas guardan una gran coherencia entre sí. Lo que realmente marca la diferencia es la mentalidad que hay que adoptar. Lo que no puedes cambiar porque su existencia es inevitable, aún tienes la oportunidad de adaptarte a ello. Hay muchas posibilidades para que tu vida se adapte al clima y te sientas cómodo en tiempos de cambio climático..
